Un hombre serio o Job en Norteamérica.

Un hombre serio (A serious man) , USA, Francia y Reino, 2009. Dirección y guión: Joel Coen y Ethan Coen. 2009. Género: Comedia dramática. Interpretación: Michael Stuhlbarg (Larry Gopnik), Richard Kind (tío Arthur), Fred Melamed (Sy Ableman), Sari Lennick (Judith Gopnik), Adam Arkin (el abogado), Peter Breitmayer (Sr. Brandt), Jessica McManus (Sarah Gopnik), Aaron Wolff (Danny Gopnik). Producción: Joel Coen y Ethan Coen. Música: Carter Burwell. Fotografía: Roger Deakins. Montaje: Roderick Jaynes. Diseño de producción: Jess Gonchor. Vestuario: Mary Zophres. Distribuidora: Universal Pictures International Spain. Duración: 105´.
Nuestra opinión: Muy buena

Larry es un profesor universitario de física que trata de explicar a sus alumnos el “principio de incertidumbre” de Heisenberg. El único efecto de esta enseñanza es que un estudiante aplazado intenta sobornarlo. A partir de aquí, comienzan a acumularse las calamidades para Larry. Su mujer lo deja por un colega y viven en su propia casa; su hijo consume marigüana y su hija piensa en una operación quirúrgica. El “tío Arthur” -que vive en su sofá- es detenido por el delito de “sodomía”; una vecina sensual parece ser la única isla de placer que Larry no llega a experimentar. Otro vecino fascista invade su jardín y el abogado que debe solucionar este conflicto cae fulminado por un ataque cardíaco. Sus superiores académicos comienza a dudar de su idoneidad cuando leen anónimos que desacreditan la trayectoria de Larry; peligra su ascenso y, por último, un médico le diagnostica una enfermedad terminal.
Larry, perplejo y desesperado, termina recurriendo a los rabinos. Necesita saber el origen de estos males. Pero los rabinos pronuncian oráculos incomprensibles y parábolas herméticas.
La acción trascurre en la década del 60, en una tranquila ciudad del Medio Oeste norteamericano. Así fue la infancia de los Coen y la película se acerca a la narración autobiográfica. La perplejidad y el sentimiento de absurdo frente a la vida es la vivencia más genuina de los Coen. La sabiduría del Talmud, lejos de explicar por qué las desgracias se precipitan sobre el hombre bueno, enseña que la voluntad de Hashem(*) es inescrutable. La existencia es tan extraña que la mejor manera de entenderla es pensar en los múltiples sentidos de la Torá. Es decir: ante un hecho presuntamente cierto, lo único seguro es que siempre son válidos otros puntos de vista. En este apecto, y en otros rasgos estilísticos, hay un verdadero toque kafkiano en la obra de los Coen. La película comienza, por ejemplo, con un breve cuento de fantasmas en idisch que es una auténtica joya digna de Kafka.
Larry es un nuevo Job desesperado en busca de respuestas, pero en la Norteamérica psicodélica de los 60, con el leitmotiv de “Somebody to Love” de Jefferson Airplane. Un hombre serio representa una nueva versión de la metafísica profunda de Barton Fink(1991), probablemente la obra más compleja y lograda de los Coen.

Martín Cremonte



Referencias: Franz Lidz: “Los Coen, maestros de la irreverencia”, en la nación, Espectáculos, 23 febrero del 2010. “¿Qué he hecho yo para merecer esto?” en “Clarín”, 23 febrero del 2010.



(*) En hebreo “Hashem” significa el nombre. Se trata de una forma indirecta de nombrar a Dios respetando su sagrado tetragrama.


Joel Coen y Ethan Coen en la filmación de "A serious man".
Fuente: www.imdb.com